Luisito Martí encarnó un personaje llamado Balbuena, el típico iluso que entendía que el dinero se recogía a granel en las calles de New York.
Igual que Balbuena, la Lidom se dejó llenar los ojos con la Serie de los Titanes, elemento que se ha sumado a las torrenciales lluvias caídas en el país para complicar el torneo 2024-25.
La serie a efectuarse en noviembre en New York City estuvo repleta de sucesos desafortunados durante el proceso de organización, todo por la repartición de los beneficios de un evento que fue muy exitoso en el 2023. Al final hubo que celebrar un par de encuentros en Puerto Rico por los diversos contratiempos en NYC.
Esos partidos no tuvieron validez en el standing del torneo, agregando una Serie de Gigantes que involucró a varios equipos caribeños, incluido las Estrellas Orientales.
Las lluvias llegaron en noviembre y siguieron en diciembre sin pedirle permiso a nadie. La alta pluviometría y la saturación de los suelos han llevado a celebrar encuentros con cartelera completa de serie regular programada en fecha 23 de diciembre.
Hasta llegar la era round robin la temporada regular terminaba en enero pasado el Día de Reyes; luego concluía el 30 de diciembre y hace varios años el 22 de dicho mes. Para esta época hasta el año pasado todos estábamos pendientes del sorteo de reingreso de jugadores de los dos equipos descartados.
Al día de hoy vemos a Leones y Gigantes en una lucha a muerte por el cuarto puesto, con tres juegos pendientes para los Leones (2 contra Licey, 1 frente a Gigantes) y a los Potros con tres encuentros por jugar (Licey, Leones y Toros), todos en la ruta. Los Gigantes concluyeron sus 25 juegos en casa, el Julián Javier (uno recuerda que antes los partidos en Macorís eran el dolor de cabeza para la liga por las posposiciones). A los Tigres le restan cinco encuentros, algo realmente increíble.
Uno entiende que en caso de efectuarse de nuevo la Serie de los Titanes (el año próximo se enfrentarán Gigantes y Águilas) los partidos deben tener validez y los organizadores no mostrar tanta avaricia, para que no nos vuelva a pasar como a Balbuena, quien quiso pasarse de listo y se dejó llenar los ojos de los que venden el sueño de la ambición y el dinero fácil.
