La buena actuación en la Copa Mundial
Aunque no se ha logrado el objetivo principal que sería un lugar en los Juegos Olímpicos, de ninguna manera se debe desdeñar la actuación de la selección nacional en la Copa Mundial de Baloncesto que ahora entra en su fase de cuartos de final.
Sin tener a todo el talento soñado y con algunas ausencias lamentables por razones diversas, cruzar con un 3-0 a la segunda ronda no es un logro que se pueda soslayar.
Los que prefieren ver el vaso medio lleno lo ven como un paso de avance. Los que prefieren ver el vaso medio lleno se quedan con las derrotas, cerrada ante Puerto Rico y muy abierta ante Serbia.
Ahora hay que pensar en el complicado proceso del preolímpico del año próximo que comenzará con 24 equipos, cuatro ventanas de seis participantes y donde solo el que gana el torneo asegura una plaza para París 2024.
Por lo pronto, la Federación Dominicana de Baloncesto (Fedombal) tendrá unas “papas calientes” con las cuales bregar en los próximos días.
1 – La designación de un gerente general -figura que pudo haber evitado muchos de los inconvenientes que se presentaron en el grupo en Manila – ya que tanto José Monegro como Fernando Hasbún han decidido dar un paso al lado.
2 – La decisión del entrenador ahora que el Che García se ha declarado “agente libre” y aunque el presidente de la Fedombal, Rafael Uribe había dicho que estaría por un ciclo olímpico completo.
3 – La conformación del equipo para el preolímpico que podría implicar la salida de jugadores que han sido importantes en los últimos 10 años y otros de más reciente incorporación, pero que no mostraron su mejor versión en la Copa Mundial.
4 – La incorporación de nuevo talento que ayude en posiciones específicas y aspectos neurálgicos del juego. Se antoja que jugadores como Chris Duarte, David Jones, Justin Minaya y Joel Soriano, además de Jassel Pérez -si logra poner en orden su vida fuera de la cancha- serían interesantes opciones.
Finalmente agradecer en todo el sentido de la palabra la entrega mostrada por los jugadores, en especial por el estelar Karl-Anthony Towns, quien dejó una página gloriosa en el básquet dominicano. Todavía hay trabajo por hacer.